domingo, 19 de junio de 2011

Llenando vacíos...

Me quieren? Me quieres?..Me quiero???




Desde hace cuánto no te tomas el tiempo para mirar (te) internamente, para conocerte un poco más, saber realmente lo que quieres, lo que necesitas, mimarte un poco.

Todos tenemos vacíos internos, hoyos, terrenos desconocidos, zonas que hemos dejado a un lado por desconocimiento, por dolor, por miedo. Por lo general, intentamos estar más en el afuera para no contactar con nuestro adentro…huyendo de todo aquello que nos hace sentir, que nos llevaría realmente al contacto con nuestro SER…

Todo aquello que desconocemos nos genera miedo, defensa, reacción, angustia. En cambio, preferimos HACER a SENTIR, nos pasamos la vida llenando nuestras horas de planes, deberes, bullicios…para qué? Qué pasaría si nos quedamos en la nada?…Qué sentirías si te apartas un poco de la ACCIÓN y entras en la PASIVIDAD de tu interior?




Huimos de cualquier sentimiento que hemos aprendido como desagradable, incluso tendemos siempre a escapar de aquello que aún no hemos experimentado, quedándonos al margen y prefiriendo lo ya transitado y por tanto, seguro!

Una de las consecuencias negativas que se nos puede presentar actuando de esta manera, es que perdamos la perspectiva de aquello que necesitamos, los límites entre lo externo y lo interno se enturbian, pudiendo sentirnos confundidos acerca de lo que sentimos y/o queremos.

Actuando de esta manera, restringimos nuestro repertorio de experiencias, reducimos nuestros recursos al mínimo, quedándonos con aquello con lo que estamos acostumbrados, sintiendo más temor y confirmando nuestras falsas inseguridades. Pero todo aquello que creemos desconocido, deja de serlo en el momento en el que nos enfrentamos a ello y así, no solo ganamos en experiencias que nos permiten aumentar nuestra perspectiva de las cosas y nos preparan para situaciones similares en un futuro, sino que ganamos en vivencias emocionales, aprendemos a conocernos mejor en tal o cual situación.

Asimismo, se reduce automáticamente la ansiedad porque entramos en un terreno que comienza a ser familiar para nosotros, por lo tanto, nos sentimos más seguros y confiados en nuestras potencialidades, ganando un abanico muy amplio de opciones que nos hacen más ricos como personas.

Qué tan grande es nuestro vacío que no vemos realmente este deseo de ser atendidos por nosotros mismos? El camino no es buscar fuera lo que tan generosamente podemos encontrar dentro si aprendemos a querernos, respetarnos, aceptarnos y cuidarnos un poco más.