miércoles, 27 de junio de 2012

NO TE OBSESIONES CON LA PERFECCIÓN, BUSCA LA EXCELENCIA!!!!.



Si eres de los que persigue el ideal de la perfección podrás admitir (aunque sea  internamente) que, aunque lo has intentado hasta el cansancio, aún no lo has conseguido, cierto? Porque..."siempre las cosas podrían salir mejor" o "siempre hay una mejor manera de hacer las cosas"...
 
Bajo esta óptica, puede ser muy frustrante esforzarse tanto y al final no sentirse realmente satisfecho con el resultado. Siempre se dejan detalles por fuera, continuamente se comete algún error que por pequeño que sea, al evaluar nuestro desempeño, se convierte en motivo suficiente para amargarnos la existencia, impidiéndonos disfrutar del logro de la tarea o de la meta alcanzada. 

Aunque se diga que "la perfección no existe"... estas palabras no cobran sentido para el perfeccionista, conseguir ser ASÍ representa un mandato interior, es cuestión de principios. Se acepta como verdad la idea de que sí es posible llegar a la cúspide de lo impoluto...sin importar el coste.

Y cuáles serían los costes? Al sumergirnos en esta búsqueda de lo inalcanzable, no somos conscientes de todo lo que dejamos de lado. Transitamos por la vida sin disfrutar del camino, cargando con una gran exigencia que, como un dictador, nos demanda que "nada de lo que hagamos es ni será suficiente". La preocupación constante por el error nos sumerge en un mundo interior muy crítico, lleno de resentimiento y culpa por no alcanzar los elevados parámetros internos. 

Esta autocrítica constante nos conduce a un esfuerzo heroico por mantener los detalles y las circunstancias bajo control, reduciendo nuestra percepción y radicalizando nuestro pensamiento, sin hablar de lo crítico que nos volvemos hacia los demás...un reflejo de lo poco tolerante que somos con nosotros mismos.
Si solo pudiéramos darnos cuenta de los estériles que son nuestros esfuerzos por perseguir ideales tan poco realistas ... Si llegamos a entender que no vale la pena invertir tanta energía si no disfrutamos del proceso, del camino, de los fracasos, de los errores y caídas, seríamos al menos (y desde luego) más felices...Cómo podemos llegar a valorar lo que es PERFECTO cuando no reconocemos en nosotros la IMPERFECCIÓN? 

El mejor ejemplo de imperfección lo encontramos frente al espejo! Tan positivo es reconocer con orgullo nuestras mayores virtudes, como inspeccionar y reflexionar con humildad sobre nuestras faltas. El atrevernos a mirarlas con respeto, aceptándolas y decidiéndonos a cambiarlas, sobre todo para continuar mejorando, hace que persigamos la EXCELENCIA!

La excelencia sí que es posible porque parte del reconocimiento de lo que hay, pasando por la mejora continua hacia la calidad superior!!! No es solo un fin en sí mismo sino un proceso, a través del cual nos hacemos dignos de alta admiración y aprecio. Hacer valer nuestras capacidades extraordinarias para mejorar incluso nuestros puntos más débiles, nos hace personas difíciles de igualar.

Por tanto, sea cual sea tú ámbito de acción, deja de invertir energías  en vano y atrévete a ser un ejemplo para otros. Disfruta de tus talentos, destaca en todo lo que hagas, no le temas a los errores, por el contrario míralos bien, puede que la próxima vez ese aprendizaje te lleve al éxito. Nunca descanses hasta conseguir tus objetivos, ábrete a tu propia realización y pese a cualquier circunstancia, toma la responsabilidad de todo lo que te ocurra, todo esto te permitirá ir creciendo y descubriendo nuevos recursos que te darán cuenta de tus enormes potencialidades. 

Por esto, no pierdas el tiempo buscando ser perfecto, inviértelo PERSIGUIENDO LA EXCELENCIA!!!

lunes, 21 de mayo de 2012

Dónde encontrarte...AMOR!


Hoy hablaremos de EL AMOR... el amor propio; como sustancia, esencia y motor que impulsa cualquier deseo, cualquier motivo consciente o no, en nuestra vida.

 
De todas las especies, el ser humanos al nacer, es el único que necesita muchísimo tiempo de maduración hasta conseguir su independencia...Nacemos siendo totalmente dependientes del amor y los cuidados de nuestra madre o cuidador (es). 

Durante este largo período de tiempo en el que "somos a través de un otro que nos cuida" aprendemos, entre muchas cosas a diferenciarnos, a formar parte de un todo por medio de lazos afectivos que luego llamaremos  APEGO. Esta necesidad primaria de afecto será tan determinante en nuestras vidas, que influirá en la manera cómo establezcamos lazos afectivos de proximidad y contacto con nuestro entorno más adelante.

Una buena relación con las figuras de apego nos garantiza la deseada seguridad personal y por tanto, la percepción de una alta autoestima. Sin embargo, no siempre fueron satisfechas nuestras necesidades, la fragilidad y dependencia de un niño le hacen muy vulnerable ante la falta de atención, los abusos, los juicios (...) pudiendo desencadenarle sentimientos de inadecuación, rechazo, vergüenza, culpa...

Todas estas carencias de no ser trabajadas nos acompañarán a lo largo de nuestra vida, saboteando nuestro aprecio personal, nuestras relaciones con los demás, en fin, nuestra felicidad. La clave para sanar estas heridas se encuentra dentro de nosotros mismos, no en el afuera como solemos creer. Si intentamos acudir al entorno para demandar estas necesidades, pronto nos daremos cuenta de que el esfuerzo ha sido en vano y muy probablemente sentiremos gran frustración, confusión y angustia. 

Necesitamos entonces poder encontrarnos nuevamente con aquel niño o niña que de alguna manera fue herida y con inmenso amor y gran cuidado proveerle de todo aquello que no recibió en aquel entonces. Este proceso requiere de un tiempo para madurar ciertas emociones, no solo para entender "respetando" a las figuras de apego "sin juzgarlas", sino también para entendernos y de ese modo respetar nuestro proceso. Se trata del cuidado de nosotros mismos en nuestra fase más frágil y vulnerable.

Una vez que hayamos atravesado por este camino, nos hayamos reencontrado con nuestro ser más dependiente y le hayamos entregado nuestra admiración, respeto y compasión, inmediatamente la percepción de nuestra vida en relación con nosotros y con los demás, cambiará por completo. 

Al llenar nuestro tanque interior con nuestro AMOR, no necesitaremos pedirlo, exigirlo y mucho menos tendremos que engañar o intentar ser otros para conseguirlo. Será más fácil SER QUIENES SOMOS pues estaremos a gusto y satisfechos por lo que sentimos, hacemos y pensamos. No habrá comparación sino la plena aceptación de NUESTRO SER y por tanto una mayor LIBERTAD DE AMAR. De esta forma nuestras relaciones con el entorno no serán guiadas por esa dependencia, sino desde la independencia de nuestro interior y por lo tanto, serán más efectivas y satisfactorias.


jueves, 26 de enero de 2012

El punto medio...¿Es posible?

Lo esencial se encuentra en lo natural y lo natural es en sí el equilibrio, la capacidad de estar en el medio, de integrar lo propio, de respetarlo sin rechazo...En la integridad y la unidad se encuentra la verdadera paz, la armonía y la fuerza de nuestro ser.

Estamos muy acostumbrados a lo radical; "si no es blanco, tiene que ser negro", "si no es bueno entonces es malo", "esto  me gusta y esto me disgusta", "te amo pero te odio"...si no es una cosa es la otra y así vamos categorizando erróneamente al mundo. Esto nos lleva a tomar decisiones a medias y por tanto poco satisfactorias, descartado otras opciones que pudieron también ser válidas, quizás debido a nuestra tristemente reducida percepción de la realidad.



Si solo nos detuviésemos a pensar por un momento que somos, en efecto, seres COMPLETOS, quizás ampliaríamos un poco más nuestro nivel de consciencia lo cual pudiera ayudarnos a ver más allá de lo que a simple vista categorizamos como único y absoluto en nuestras vidas.

Cuando hablamos acerca de seres completos, nos referimos a que aunque nos describamos con una serie de características (simpáticos, extrovertidos, cariñosos, impacientes, agresivos...etc) en realidad también somos, en alguna medida, todas en su versión opuesta.

Es decir, si bien es cierto que en nuestra infancia aprendimos a desarrollar un conjunto de cualidades consideradas por nuestros mayores como positivas, ideales y deseables (...que intentamos seguir al pie de la letra para recibir amor, aceptación y cariño) también es cierto que para conseguirlo tuvimos que negar, ocultar y hasta rechazar aspectos de nosotros mismos por entender que si nos comportábamos así no seríamos queridos y/o aceptados.

Sin embargo, lo cierto es que lo que más sacamos a la luz, deja a la sombra su opuesto. ¿Pero qué pasa entonces con esta sombra? El contenido que hemos ocultado no desaparece, muy por el contrario, permanece con gran intensidad energética a la espera de alguna oportunidad para salir a la luz con gran potencia y sin ningún control. ¿Te ha pasado alguna vez? 
 En ocasiones nos sorprendemos por tener reacciones que no esperábamos de nosotros mismo. También algunas circunstancias de la vida nos llevan inevitablemente  a experimentar algunos de nuestros polos opuestos más temidos (por ejemplo, puede que siempre nos hayamos creído muy fuertes y dada alguna situación determinada, nos vivimos muy vulnerables y débiles...) Por otra parte, podríamos también sentirnos incómodos ante la presencia de alguna persona que sí se permita ser aquello que nosotros rechazamos, porque de alguna manera nos reflejan aquello de nosotros mismos que no queremos ver o aceptar...

¿Ves cómo puede influir esto en tú vida? Al rechazar partes de nuestra personalidad no solamente vamos creando sobre ellas ciertas creencias limitadoras, que más adelante nos conducirán a juzgar a los demás que las manifiesten libremente, también vamos limitando nuestra capacidad para expresarnos libremente en diferentes situaciones que vivimos diariamente.

Lo ideal es volver a lo natural, aceptarnos de una y otra forma, entender nuestra completud, confiar en nuestro potencial, respetando nuestros tiempos y nuestros ritmos y una vez que lleguemos a esta negociación individual y personal, podremos movernos equilibradamente por ese continuo que va de un extremo al otro, siendo coherentes y adaptativos con nosotros y el entorno en cada momento puntual.