jueves, 26 de enero de 2012

El punto medio...¿Es posible?

Lo esencial se encuentra en lo natural y lo natural es en sí el equilibrio, la capacidad de estar en el medio, de integrar lo propio, de respetarlo sin rechazo...En la integridad y la unidad se encuentra la verdadera paz, la armonía y la fuerza de nuestro ser.

Estamos muy acostumbrados a lo radical; "si no es blanco, tiene que ser negro", "si no es bueno entonces es malo", "esto  me gusta y esto me disgusta", "te amo pero te odio"...si no es una cosa es la otra y así vamos categorizando erróneamente al mundo. Esto nos lleva a tomar decisiones a medias y por tanto poco satisfactorias, descartado otras opciones que pudieron también ser válidas, quizás debido a nuestra tristemente reducida percepción de la realidad.



Si solo nos detuviésemos a pensar por un momento que somos, en efecto, seres COMPLETOS, quizás ampliaríamos un poco más nuestro nivel de consciencia lo cual pudiera ayudarnos a ver más allá de lo que a simple vista categorizamos como único y absoluto en nuestras vidas.

Cuando hablamos acerca de seres completos, nos referimos a que aunque nos describamos con una serie de características (simpáticos, extrovertidos, cariñosos, impacientes, agresivos...etc) en realidad también somos, en alguna medida, todas en su versión opuesta.

Es decir, si bien es cierto que en nuestra infancia aprendimos a desarrollar un conjunto de cualidades consideradas por nuestros mayores como positivas, ideales y deseables (...que intentamos seguir al pie de la letra para recibir amor, aceptación y cariño) también es cierto que para conseguirlo tuvimos que negar, ocultar y hasta rechazar aspectos de nosotros mismos por entender que si nos comportábamos así no seríamos queridos y/o aceptados.

Sin embargo, lo cierto es que lo que más sacamos a la luz, deja a la sombra su opuesto. ¿Pero qué pasa entonces con esta sombra? El contenido que hemos ocultado no desaparece, muy por el contrario, permanece con gran intensidad energética a la espera de alguna oportunidad para salir a la luz con gran potencia y sin ningún control. ¿Te ha pasado alguna vez? 
 En ocasiones nos sorprendemos por tener reacciones que no esperábamos de nosotros mismo. También algunas circunstancias de la vida nos llevan inevitablemente  a experimentar algunos de nuestros polos opuestos más temidos (por ejemplo, puede que siempre nos hayamos creído muy fuertes y dada alguna situación determinada, nos vivimos muy vulnerables y débiles...) Por otra parte, podríamos también sentirnos incómodos ante la presencia de alguna persona que sí se permita ser aquello que nosotros rechazamos, porque de alguna manera nos reflejan aquello de nosotros mismos que no queremos ver o aceptar...

¿Ves cómo puede influir esto en tú vida? Al rechazar partes de nuestra personalidad no solamente vamos creando sobre ellas ciertas creencias limitadoras, que más adelante nos conducirán a juzgar a los demás que las manifiesten libremente, también vamos limitando nuestra capacidad para expresarnos libremente en diferentes situaciones que vivimos diariamente.

Lo ideal es volver a lo natural, aceptarnos de una y otra forma, entender nuestra completud, confiar en nuestro potencial, respetando nuestros tiempos y nuestros ritmos y una vez que lleguemos a esta negociación individual y personal, podremos movernos equilibradamente por ese continuo que va de un extremo al otro, siendo coherentes y adaptativos con nosotros y el entorno en cada momento puntual.